Wednesday, July 02, 2008

Queja

Nadie entiende la soledad
de estos zapatos viejos
después de que tu hayas entrado
en esta habitación
más de veinticinco veces/
sin llamar a la puerta.
Los cabellos se zarandean y zarandean.
Se aproxima a otro lugar esta cabeza
estando quieta
(pero de miedo: acabada)
Después me dirás: "ven",
mas estoy cerrada en círculo/
sin embargo
atravieso la puerta,
se podría decir que escapo.
Dejo este secreto -atado-
junto a otros;
en el cordón de los zapatos viejos,
en el cordón de mis zapatos.

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